domingo, 23 de enero de 2011

¿Fue Johannes Gutemberg miembro del Proyecto Shangri-la?

El Proyecto Shangri-la nació hace varios siglos como una iniciativa popular que tenía como objetivo la expansión generalizada de la cultura por todo el mundo.

Esta iniciativa fue rechazada por los gobiernos y líderes religiosos europeos del momento, que consideraron peligrosa la propuesta de Sem Ezra al entender que podría generar un movimiento subversivo contra el poder establecido.

Sin embargo, y a pesar de esta oposición de las instituciones europeas, desde el principio algunos de los grandes hombres de la cultura universal se interesaron por lo que el Proyecto Shangri-la proponía. Grandes pensadores y humanistas que compartían la visión de Abraham Sem Ezra y sus seguidores.

Algunos de estos intelectuales pasaron a formar parte activa del Proyecto en algún momento de su vida, haciendo sus correspondientes aportaciones personales.

Uno de los casos más significativos fue el de Johannes Gutemberg. Inventor de la imprenta de tipos móviles. Al parecer Gutemberg conoció a Sem Ezra en su juventud y desde entonces sintió fascinación por su Proyecto. Fue así como nació en su mente la idea de crear un sistema que permitiera la copia más rápida y cómoda de manuscritos. Con ello Gutemberg pretendía que el precio de los libros se abaratara, para que estos pudieran dejaran de ser solo privilegio de unos pocos y pasaran a estar al alcance de todos.

domingo, 16 de enero de 2011

¿Cuándo surgió el Proyecto Shangri-La?

En realidad el proyecto Shangri-La nació hace mucho tiempo. Concretamente en la época del medievo. Y su creador e ideólogo fue un hombre llamado Abraham Sem Ezra.
Sem Ezra fue un gran humanista. Un brillante pensador que se adelantó a los grandes intelectuales ilustrados de los siglos XVIII y XIX, en su visión sobre las diferentes realidades existentes en las sociedades organizadas. Gracias a sus viajes por el norte de África, Asia y Europa, Abraham Sem Ezra investigó durante décadas las dispares formas de sociedad coexistentes en el mundo de aquellos días. Y de este modo llegó a interesantes conclusiones, que después sustentarían su obra. Sem Ezra entendió que el fomento generalizado de la cultura acumulada por la humanidad a lo largo de los siglos sería la única herramienta con la que los seres humanos podrían combatir la superstición religiosa y la tiranía de los gobiernos todopoderosos, que llevaban siglos subyugando a sus pueblos y que tanto daño le estaban haciendo al mundo en aquellos días.
Sem Ezra rechazaba la violencia implícita en las revoluciones. En su lugar soñaba con iniciar una transformación pacífica. Con ello quería lograr que la humanidad convirtiera nuestro planeta en un mundo en el que todos sus habitantes hubieran alcanzado un nivel cultural tan alto, que les permitiera tomar decisiones libres y coherentes respecto a sus necesidades. Un nuevo mundo en el que no fueran necesarios los grandes líderes, que guiaran sus caminos. Sem Ezra soñaba con una humanidad que de este modo alcanzaría la libertad individual plena.

viernes, 14 de enero de 2011

¿Sabías qué?

Hoy, en nuestra sección ¿Sabías qué? hablaremos de los Grupos de Interés.

Los Grupos de Interés son organizaciones que representan y expresan los intereses y las demandas de segmentos específicos de la población de un país. Y su tarea es, fundamentalmente, la de influir en las políticas estatales.

La fuerza y la influencia de estos grupos contrastan con la incapacidad de aquellos colectivos que, debido a sus características, no pueden o no logran articular con claridad sus intereses comunes.

Para comprender la importancia de los Grupos de Interés sería conveniente repasar algo que ocurrió hace algunos años en Estados Unidos y que todavía colea.

«The Health Insurance Victims Project», una web creada para sacar a la luz casos de atropello por parte de las aseguradoras médicas en Estados Unidos, denuncia que cada año se estarían produciendo en Estados Unidos alrededor de 45.000 muertes de enfermos que habrían podido curarse de estar asegurados. Sólo adultos, sin contar niños.

Estos datos son demoledores, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos del que en muchos aspectos es el país más rico del mundo. Un país en el que no existe la sanidad universal y que sin embargo se permite, entre otros, el lujo de tener desplegadas tropas militares por todo el planeta asumiendo con ello costes multimillonarios.

¿Y por qué ocurre todo esto?

En el año 1994, el entonces Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, puso en marcha una campaña para tratar de aprobar en el congreso una importante reforma del sistema nacional de salud. La propuesta del Presidente planteaba la creación de un seguro sanitario universal que ofrecería cobertura a los millones de estadounidenses  que carecían de seguro sanitario y que mejoraría el acceso a los servicios sanitarios para otros muchos ciudadanos que por aquel entonces disponían de una cobertura insuficiente o temporal.

La ley federal debía garantizar a todos la cobertura del seguro, mientras que el gobierno se otorgaba poderes que le permitirían imponer límites estrictos a la capacidad de las empresas aseguradoras de subir los precios de sus seguros médicos.

Antes incluso de que se hubiera terminado de preparar la propuesta de ley, algunos detractores ya se habían organizado para suscitar la oposición de la opinión pública y del congreso. La Asociación de Seguros Médicos de América (HIAA), un grupo de interés que representaba a las empresas de seguros más importantes de Estados Unidos, financió una serie de anuncios publicitarios de televisión en los que salían “Harry y Louis” una pareja ficticia de clase media que criticaba que el gobierno de Estados Unidos quisiera intervenir en el funcionamiento del sistema sanitario. Un sistema que, según ellos, funcionaba estupendamente. Estos anuncios se retransmitieron a escala nacional por el canal Cable News Network (CNN) y tuvieron una gran repercusión. Durante el año siguiente la Asociación de Seguros Médicos gastó 15 millones de dólares en publicidad en televisión, radio y prensa para poner a la opinión pública en contra de la propuesta del Presidente.

La publicidad en contra del plan de Clinton resultó especialmente eficaz para cambiar las actitudes públicas. Así, en octubre de 1993, el 51 por ciento de la población se declaraba a favor de la propuesta del Presidente, mientras que en septiembre de 1994 el porcentaje había descendido al 42 por ciento. Otra encuesta indicaba que el 69 por ciento de los jubilados, principales beneficiarios de aquella propuesta, conocían poco o nada sobre las disposiciones de la propuesta de Clinton. Y sin embargo se mostraban contrarios a ella.

La explicación a todo esto es que los más de 40 millones de estadounidenses que en el año 1994 carecían de seguro obligatorio carecían también de grupos de interés que representasen sus intereses, quedando situados de este modo en una posición de debilidad frente a las grandes empresas de seguros, que supieron organizarse mejor, arrastrando gracias a su poderío económico al resto de la población.

Durante años, las empresas aseguradoras y sanitarias han invertido elevadas sumas de dinero para “lubricar” sus relaciones de influencia en el congreso. Y no solo allí. También en otras instituciones. En el año 1994, cada uno de los cien representantes que componían el senado recibió aportaciones de estos grupos que oscilaban entre los 3000 dólares y más de 1,25 millones de dólares. Solo así se explica que, pese a contar con mayoría demócrata, el Presidente Clinton tuviera que renunciar a su plan de reforma del sistema nacional de salud debido a la oposición de la opinión pública.

Hoy en día este tema sigue coleando, debido al empeño mostrado por el Presidente Obama en reformar el sistema sanitario. Pero ni tan siquiera al principio de su primera legislatura, cuando contaba con una aplastante mayoría, pudo Obama lograr la tan ansiada reforma. Y tuvo que conformarse con una reforma timorata que no contentó a nadie y que ahora llega incluso a estar en entredicho debido a problemas legales. Todo ello de nuevo gracias a la presión generada por los grupos de interés formados por las grandes empresas aseguradoras, que ven amenazado su negocio.

Mientras tanto siguen produciéndose en Estados Unidos alrededor de 45.000 muertes al año de personas que habrían podido salvarse simplemente estando aseguradas.

¿Crees que esto es correcto? ¿De verdad quieres vivir en un mundo como este? ¿Crees que los intereses económicos de las empresas de seguros valen más que las vidas de las personas?

Mi nombre es Fabre y ahora conozco la verdad. Desde hace tiempo soy participante activo del Proyecto Shangri-La. ¿Y tú? ¿Quieres serlo? Entonces no dejes de leer este blog.



Presentación oficial de Proyecto Shangri-La. Otro mundo es posible.

Vivimos días difíciles. El mundo que antes conocíamos se desmorona. La terrible crisis financiara que azota nuestro planeta amenaza con destruir nuestra forma de vida. Nuestro futuro y el de nuestros hijos penden de un hilo. Esa es la verdad. ¿Y qué hacemos nosotros ante esta terrible e innegable certeza? ¡Nada! Millones y millones de personas en todo el mundo se limitan a esperar que las cosas mejoren por si solas, confiando su destino a una clase política dominante que ha demostrado sobradamente su incompetencia. Somos tan necios como para pedirles a nuestros representantes políticos que arreglen algo que ellos mismo han contribuido a crear.  Y lo hacemos aún siendo conscientes de que esa no es la solución adecuada.

Algo no está bien en todo esto. Debemos afrontarlo. Nuestro sistema no funciona. Lo sabemos. Todos hemos pensado en ello alguna vez. Pero, aún así, continuamos inmóviles, esperando que un milagro nos salve. Y yo me pregunto: ¿Por cuánto tiempo? ¿Cuántos años más de crisis deberemos sufrir para convencernos de que nuestro mundo no funciona como debería? ¿Seguiremos así eternamente? ¿Consentiremos esta situación hasta que sea demasiado tarde?

Y la respuesta es no. ¡No! ¡Por supuesto que no!

Las sociedades humanas han evolucionado mucho en los últimos siglos. Los oscuros tiempos en los que la cultura era privilegio solo de unos pocos han pasado. Hoy en día la gran mayoría de los habitantes del mundo occidental tenemos a nuestro alcance la posibilidad de recibir una educación digna. Podemos adquirir toda una interminable gama de conocimientos que nos ayuden a comprender mejor cómo funciona nuestro mundo. Y esa es una herramienta de un valor incomparable.

La cultura es la llave. Y así lo entendemos miles de personas en todo el mundo. Individuos normales, gente que ha llegado a la conclusión de que solo con el fomento generalizado de la cultura acumulada por la humanidad a lo largo de los siglos lograremos combatir la tiranía de los gobiernos todopoderosos. Gigantes malintencionados que llevan siglos subyugando a sus pueblos utilizando la estrategia de mantenerles pretendidamente desinformados sobre todas aquellas cuestiones que revisten verdadera importancia.

Así nació el Proyecto Shangri-La. Como un experimento sociológico. Probablemente el mayor que jamás se haya puesto en práctica en toda la historia de la humanidad.  Una iniciativa popular que consiste en la unión de personas procedentes de todos los rincones del planeta. Personas decididas a trabajar juntas para transformar el mundo. ¿Cómo? La respuesta es sencilla. Aportando nuestro pequeño granito de arena día a día. Cada uno a su manera, pero todos con un mismo propósito. Y ese propósito no es otro que el de ayudar a difundir la cultura por todos los rincones del planeta. Con ello lograremos cambiar el mundo poco a poco.

Estamos convencidos de que la cultura es la única puerta que conduce a la verdadera libertad del ser humano. Al pensamiento libre. Y por eso hemos decidido dedicarnos a fomentarla en cuerpo y alma.

Este blog es mi pequeña aportación. Una ventana a nuestro proyecto desde la que trataré de difundir toda aquella información que pueda a ayudar a transformar el mundo. Y en especial toda aquella información significativa relacionada con el mundo de la política y con la forma en que se organizan los estados. Trataré de romper tabúes. De hacer caer falsos mitos y leyendas. Y todo ello en pos de la verdadera libertad.

No revelaré mi verdadero nombre. Pero responderé al seudónimo de Fabre. Desde hace tiempo soy participante activo del Proyecto Shangri-La. ¿Y tú? ¿Quieres serlo? Entonces no dejes de leer este blog.